Emilio José

Emilio José

¿Genio o pirado? Para mí, genio, genio, genio. Tras escuchar atentamente todo “Agricultura Livre” (lo juro), segundo trabajo en solitario de Emilio José (de Apeiron), afirmar otra cosa sí sería descabellado. Nada menos que un disco triple repleto de canciones, al menos diecisiete por CD: algunas de más de quince minutos; otras, miniaturas; muchas sin título pronunciable en plan Aphex Twin rural, sin internet y en porretas. Inagotable banquete de métodos y estilos (Brasil, jazz, pop electrónico, indie, rock progresivo, post-rock, verbena, experimental, folk, hip hop…) difícil de digerir en una sola tarde, donde no reina precisamente el caos, que también es bienvenido, sino la melodía, la improvisación, los mejores arreglos y una imprescindible autosatisfacción disculpable por maravillas como el empalme entre “Hoje» y «Tu e eu”, “Kim Kardashian” y muchas más.

Puede que la voz del proteico artista norteño sea a menudo la del canto del gallo, pero es la suya, intransferible, natural, indescifrable borbotón si no eres de Quins (Ourense). O que sus ideas políticas no contenten a todos. La palabra “merda”, infalible abono orgánico en cualquier discurso castizo, salpica demasiadas veces el lienzo. Pero si algo caracteriza a Emilio José es su acentuada personalidad, libérrima, excéntrica, pantagruélica, desinhibida, romántica. Quizá en un futuro no de merda se le reconozca como uno de los grandes del pop nacional gallego “de sempre”. ¿O toca hacerlo ahora? ¡Pues claro! Genial, genial, genial.

Por José Manuel Caturla